¿Cuántas veces has caminado hasta un lugar que te es familiar y te has percatado de que no sabes cómo has llegado hasta ahí? Podríamos poner muchos ejemplos para evidenciar la desconexión con nosotros mismos y con nuestro entorno, pero basta con intentar recordar cuando fue la última vez que nos sentamos en el sofá sin encender el televisor, teléfono o cualquier objeto que estimule nuestro sistema nervioso y disfrutamos del momento presente.
En este artículo explicaremos en qué consiste el mindfulness, sus beneficios, cómo practicarlo y mencionaremos algunas herramientas de la gama de Aquilea OnBalance que resultarán de gran ayuda para integrarlo en nuestra rutina.
¿Qué es el mindfulness?
Es una práctica que promueve la atención plena y libre de juicio, es decir, se trata de intentar focalizar la atención de forma intencionada con el fin de tomar consciencia de la naturaleza de los objetos, personas y situaciones que nos rodean, o las emociones y pensamientos que nos abordan.
A través de esta práctica podemos reconectar con nuestra habilidad natural de estar plenamente despiertos en nuestra vida y ampliar nuestras capacidades relacionales, cognitivas o vivenciales. De esta manera podemos impulsar la creatividad, el aprendizaje y la toma de decisiones, y dejar de sentirnos obnubilación y en piloto automático en nuestra propia vida.
Cultivar la conciencia plena nos permite incrementar nuestro bienestar físico y emocional propiciado por el estado de calma que se busca alcanzar con esta práctica.
En un estado de conciencia plena podremos:
- Reconocer emociones, y dejar que sigan su curso sin aferrarnos a ellas.
- Identificarnos con nuestro yo interior, con el ser, ajeno al contexto social que rodea a la persona.
- Vivir el momento presente, sin necesidad de llevar la mente al pasado o futuro.
- Abrazar la calma, que no es lo mismo que dejar la mente en blanco. Observar los pensamientos sin juicio y sin intentar gestionarlos forman parte del mindfulness.
¿Qué beneficios puede llegar a tener el mindfulness?
Numerosos estudios científicos respaldan que la práctica continuada del mindfulness aumenta el bienestar físico y mental.
- Mejorar las habilidades cognitivas. Cuando pausamos la sobre estimulación a la que sometemos a nuestro sistema nervioso, podemos ver mejoras en la memoria a corto plazo, reflejos aumentados, mayor intuición, mayor concentración o más claridad frente a la toma de decisiones.
- Aliviar el estrés y mejorar la gestión de la ansiedad.
- Disminuir los niveles de dolor. El mindfulness plantea la aceptación del dolor consciente separada de la emocionalidad que acompaña la sensación de malestar.
- Mejorar los patrones de sueño.
- Disminuir la fatiga mental y física.
- Aumentar de la autoestima y la capacidad de disfrute.
- Aumentar la satisfacción laboral y mejorar la proyección de metas y resolución de problemas.
Cómo practicar el mindfulness: Ejercicios y consejos
El Mindfulness se practica dirigiendo la atención hacia el interior en el instante presente. Aunque puede parecer sencillo, hay una dificultad añadida, y es que nuestra mente ha sido entrenada para estar en modo multitarea, cuando su finalidad de origen es sostener una tarea cada vez. Por tanto, el reto consiste en recordarle a nuestra mente que la simultaneidad de pensamientos no es su cometido y, dejar pasar de largo las distracciones sin que perturben la práctica de atención plena.
A continuación se detallan algunos puntos que nos servirán para iniciarnos en el mindfulness:
- Escoger un punto de enfoque. Puedes elegir un objeto, paisaje, persona, animal, una sensación física o tu propia respiración.
- Si los estímulos externos se cruzan en tus pensamientos, no te aferres a ellos, no los alimentes. Por ejemplo, si tu punto foco es un árbol en el centro de un prado, pero empiezan a sonar ruidos de un tractor que trabaja en un campo cercano y tu mente se dispersa, debes redirigir la atención al foco inicial.
- Permanecer consciente y concentrado sin juzgar. Es inevitable que durante la práctica aparezcan pensamientos y emociones, pero debemos evitar el juicio, entendiendo este como una interpretación de lo que estamos percibiendo. Por ejemplo, durante la práctica percibes un aroma a flores que te lleva a buscar asociaciones con otros aromas. “Me recuerda al perfume que utiliza mi madre. Dentro de poco es su cumpleaños, quizás pueda regalárselo”. Esta fuga de pensamiento inconsciente deriva en nuevas ramificaciones que te alejan del foco de atención, por lo que hay que atajarlo en el momento de consciencia.Para aquellos casos en los que nos cueste mantener el foco durante un largo periodo de tiempo, podemos incluir el suplemento FOCUS de Aquilea OnBalance, que gracias a la combinación de Ashwagandha Sensoril®, eleuterococo y vitamina B5 ayuda a mantener la atención y mejora la memoria a corto plazo.
- Apagar el piloto automático. Es una conducta que nos permite hacer acciones básicas como vestirnos, ducharnos, caminar o conducir… sin necesidad de utilizar el 100% de nuestra capacidad cognitiva. Es un hábito que nos aleja de la atención plena y nos impide ser conscientes de las acciones que somos capaces de llevar a cabo. Algunos consejos que pueden ayudarnos: cambiar los trayectos habituales, alternar horarios en la rutina, o plantearse retos diarios.
Los automatismos suelen estar muy relacionados con jornadas estresantes en la que no encontramos momentos de calma que nos equilibren, de manera que puede ser de gran ayuda utilizar el suplemento RELAX de Aquilea OnBalance, cuya composición combina Ashwagandha Sensoril®, GABA, melisa y lavanda para favorecer la relajación.
- Utilizar las tareas monótonas de la rutina como una oportunidad para practicar mindfulness. Por ejemplo: lavar los platos, pintar, organizar el armario, planchar, etc. Se trata de tareas mecánicas que, si bien pueden hacerse en piloto automático, nos brindan la oportunidad de practicar la atención plena llevando la mente al momento presente.
Como hemos visto, hay múltiples maneras de practicar el mindfulness en el día a día. Lo ideal es encontrar aquella que nos resulte más fácil de integrar y mantener en nuestra rutina para que se convierta en un hábito.